viernes, 24 de abril de 2009

DELIRIO 1:

Hoy es un día tranquilo, entre el aroma a incienso y la nueva luminosidad de mi hogar creo que el día de hoy fue bueno mi cabeza está cada vez más en su lugar y de pronto tomo las riendas de mis silencios, porque separarse y comenzar denuevo recogiendo los pedacitos que quedaron luego que el castillo se derrumbó es una odisea, más si quedaste con los pequeños príncipes luego del fracaso. Es cierto, hice castillos en el aire con el príncipe equivocado sin embargo como dice el dicho hay que caminar para delante por que para atras no sirve, desandar lo andado no se puede y arrepentirse de lo que se hizo o no se hizome llevara a la locura o a la calvicie por tanto pensar en lo que pudo ser. Puse todo d emi parte para que la relación resultara, hasta me olvidé de mi misma para que el si para siempre lo fuera en realidad. Es difícil hacer un cambio radical aunque sabiéndose acorralado y triste somos un animal de costumbre, nos adaptamos a lo bueno o a lo malo por que nos acomoda lo predecible, las certezas.
Pienso que este otoño va en cámara lenta, puedo distinguir la velocidad en que se arrastra una hoja seca en este otoño precioso, sentir con calma la intensidad con que respiro, sufrir la intensidad del vacío y la distancia.
Es curioso como la vida te va poniendo amargo a veces, no en vano tanta gente sigue la corriente por miedo al que dirán y de qué sirve hacerlo si la vida es una sola y nuestra, los demás no sonríen por una, los demás no te pagan las cuentas, los demás sólo quieren un tema para conversar, y uno solo es eso un tema a discutir para pasar el tiempo y me intriga por qué a los demás les interesa tanto mi color de pelo, y el porqué de mis cosas si yo no me meto en la vida de ellos, por que a la hora de tener cuidado hay que empezar por la propia familia, el veneno escurre sobre ellos y trata de alcanzarme con sus destellos de lava lenguaviborezca. Y paso de largo prefiero que piensen que soy loca, sorda y muda inclusive, total no me interesan sus vidas ni sus muertes , sigo delirando aquí junto a los árboles desnudos por el viento, desnudos como yo por las lenguas afiladas.

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