Sin embargo y a pesar de la triste decisión siento nostalgia, será por estar en medio del huracán? será porque todo cambio trae consecuencias inimaginables, inmanejables e impredecibles sobre todo en los sentimientos, en ese entresegundo en medio dela noche cuando todos duermen y la escarcha penetra entre las sábanas de los recuerdos y nisiquiera el tiempo me abraza por que se ha detenido en el pasado como un coágulo de lágrimas atascadas en la memoria. Lo malo de crecer son los riesgos asumidos y los resultados voluntarios, por que no tenemos a quien culpar de nuestros rumbos ni del estado del camino y el tiempo transcurre y yo sigo estancada mirando para atras con mis pies hacia delante por inercia, por el mero placer de ir a alguna parte de estar en movimiento como si así en movimiento continuo la muerte no me pudiera alcanzar hasta que me detenga, como si la muerte fuese evitable, y mis pasos mandaran mi destino. Es cierto mis pies no se detienen, estan descalzos como casi siempre, sintiendo la textura dolorosa y a veces mustia de esta equivocación que es mi camino, creo que necesitaré lentes, y unas buenas drogas para dejar de pensar en lo que es y qué no fue, y ser realista y borrar como sé que haré algún día este blog, mi historia pasada y cerrar etapas, círculos lascerantes incompletos por la sal de mis silencios, pucha duele el silencio y sobre todo la maldita indiferencia fingida. Cómo duele crecer.
1 comentario:
Te miro agazapado desde los matorrales: tu cuerpo alimenta mis pupilas como la sal a este mar de puerto. No digas nada, no hagas nada. Sigue tu rutina como si yo no estuviese, como si ya no importara la lejanía. A veces me pareces una frívola perfecta, una niña huérfana e insegura. Sigo mirando tu cuerpo, aquella piel que inventé un invierno que ya no recuerdo. Sigo mirándote para encontrarle un sentido al bosque. El sin futuro te alejará. Yo, otra vez partiré.
(es mío)
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